
La regidora de L’Hospitalet, Núria Marín, ha anunciado en el trascurso del Pleno excepcional del estado de la urbe que la liquidación del presupuesto del Municipio pertinente al ejercicio dos mil dieciseis presenta un remanente de tesorería de veinte con uno millones de euros y que el Municipio trabaja «para que este superávit no vaya a amortizar deuda, de qué forma nos fuerza la ley, sino se pueda destinar a inversiones en la ciudad«. «Creo que sería positivísimo que pudiésemos destinar todo o bien parte de este superávit a fortalecer las políticas activas de ocupación, de lucha contra la pobreza, educativas y formativas o bien de atención a los colectivos más vulnerables«, ha añadido.
«Queremos» -ha dicho Marín- «que el Gobierno central incluya en la Ley de acompañamiento de los presupuestos generales del Estado, la posibilidad de que los municipios que no superen el nivel de endeudamiento tolerado, como es el caso del nuestro, puedan destinar el dinero del superávit por lo menos a inversiones financieramente sustentables, o sea, a aquellas inversiones que producen un ahorro«.
El superávit en el cierre de cuentas de los municipios es un hecho extendido y se debe esencialmente al cumplido obligado de la Ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera del dos mil doce, y en el caso del Hospitalet, asimismo al pago de deudas históricas por la parte de la Generalitat de Catalunya y de otras administraciones durante este último año.
La regidora ha anunciado que «el Gobierno municipal va a dejar por el momento sin aplicación esta cantidad hasta el momento en que la Ley de presupuestos generales nos deje devolver el superávit en la urbe. Resulta obvio que el Gobierno municipal no tiene como propósito producir un superávit de esta magnitud, mas puesto que se ha producido deseamos que revierta íntegramente en beneficio de la ciudad«.
Los técnicos municipales ya trabajan en la programación de un conjunto de actuaciones para la mejora del espacio público que afectan mayoritariamente al pavimentado de calles, la renovación de aceras y la substitución de iluminado. «Son actuaciones» -ha protegido Marín- «que nos dejarán ganar calidad urbanística, luminosa y ambiental y que van a tener unos efectos meridianamente positivos en la convivencia, el civismo y la percepción de seguridad«.
En este sentido, ya el año pasado, se aprobó destinar el superávit del ejercicio dos mil quince a inversiones financieramente sustentables.