En el panorama actual de estrenos, la reconocida actriz Kate Winslet ha decidido dar un paso adelante en su carrera poniéndose, por primera vez, al frente de la dirección con su ópera prima titulada Goodbye June. Lejos de buscar un entretenimiento vacío, la oscarizada intérprete pretende que esta nueva cinta sirva como catalizador para conversaciones difíciles pero necesarias sobre la pérdida y el dolor. La trama nos sitúa en vísperas de las Navidades, momento en el que la salud de la matriarca de una familia, interpretada por la veterana Dame Helen Mirren, sufre un giro inesperado. Este suceso obliga a cuatro hermanos —encarnados por la propia Winslet, Toni Collette, Andrea Riseborough y Johnny Flynn— a enfrentarse a unas dinámicas familiares caóticas ante la inminencia de la pérdida.
Winslet ha declarado recientemente a The Independent que, aunque hablar del duelo es complicado tanto si se ha vivido como si no, es una realidad ineludible que, tarde o temprano, nos toca a todos. Su esperanza radica en que la película facilite ese diálogo que, en otras circunstancias, la gente tendería a evitar. Para aquellos interesados en este drama familiar, Goodbye June llegará a cines seleccionados de Reino Unido y Estados Unidos el próximo 12 de diciembre, aterrizando en la plataforma Netflix el día de Nochebuena, el 24 de diciembre.
Una mirada a la historia: El rabino y el pistolero
Cambiando radicalmente de registro y echando la vista atrás hacia los archivos de Hollywood, resulta interesante rescatar la ficha de The Frisco Kid (conocida en España como El rabino y el pistolero), una cinta que vio la luz el 6 de julio de 1979. Bajo la batuta del director Robert Aldrich, esta película nos transporta a 1850 para narrar el accidentado periplo de Belinski, un rabino polaco que viaja hacia San Francisco para hacerse cargo de una sinagoga. Durante su travesía entabla una peculiar amistad con un atracador empedernido, una relación que desembocará en una profunda crisis espiritual para el religioso cuando, paradójicamente, se vea forzado a quitarle la vida a un hombre para salvar a su compañero.
Datos técnicos y recepción comercial
Desde una perspectiva industrial, es curioso analizar el desempeño de esta producción estadounidense de finales de los setenta. Con una duración de 122 minutos, la película contó con un presupuesto de 9.200.000 dólares, una cifra considerable para la época. Sin embargo, su paso por taquilla fue ajustado, logrando unos ingresos de 9.346.177 dólares, lo que sugiere que la cinta apenas logró recuperar la inversión inicial en su momento, quedándose lejos de ser un taquillazo, aunque hoy se la recuerde por su singular premisa.

